Capítulo 2
Marcela estaba ansiosa por las palabras de Hannah. Quería descubrir dónde estaba ese algo que faltaba en su relación con Ricardo y la clave para salvar la billetera.
Con el ascenso de Andrés si bien llegó más dinero también nuevas oportunidades para gastarlo. Compraron otro auto, se mudaron de barrio. Nuevos viajes, aventuras, fines de semana en diferentes hoteles de lujo. «Demasiado bueno para ser verdad solía pensar Hannah».
En sus años mozos, ejerció como psicóloga industrial, de ahí su capacidad para escuchar y discernir la problemática de las amigas que ahora le consultaban sus trifulcas maritales y de dinero en medio cartas y tragos.
Rutina Vrs La Buena Vida
Andrés pasaba casi 12 horas en la oficina. Los sábados en juntas y los domingos en la mañana haciendo informes. Esta rutina se volvía prácticamente insoportable para ambos. Pero valía ante tanta buena vida.
-Nos vemos a las 5:00 am. En la Sabana. Por las canchas de basquet. Venga solo, advirtió.
Ese viernes en la madrugada Andrés salió, sigilosamente, de la casa para no despertar a su esposa que dormía con el corazón inquieto. Ella notaba el deterioro físico y mental de su marido. Aún con las herramientas que su profesión le brindó, era incapaz de discernir lo que sucedería más adelante.
Con la excusa de hacer ejercicios se presentó a cita. Su corazón latía a mil. Tenía las manos sudorosas y las piernas le temblaban. Era incapaz de controlarse. «Es lo mejor para nuestro futuro. Con este negocio podré dedicarle más tiempo a Hannah y a los futuros bebés», se consolaba.
A las 5:10 am se presentó el tipo del teléfono, vestido al mejor estilo de los ganster de Hollywood. Traje negro y gafas oscuras. Solo dijo dos Frases:
-«Lo toma o lo deja». «Pero si lo deja, usted asume las consecuencias», inquirió.
-Andrés, quien temblaba como pollo, sintió un líquido caliente que bajaba por su entrepierna. «Valgo una mierda, pensó». «Qué estoy haciendo, a dónde me va a llevar esto». Divagaba. Los orines, que no terminaban de salir y la angustia le impedía concentrarse.
-Lo toma o lo deja! vociferó el extraño.
-«No Andrés no lo hagas. Y si Hannah se entera? y si las cosas no salen bien?. A muchos les va bien. Por qué no va a suceder lo mismo conmigo?. Soy muy capaz para manejar eso y mas», pensó.
-Lo tomo.
La clave de tu Billetera
En medio de su angustia Marcela no pudo más y le preguntó directamente a Hannah. Dígame qué es ese algo que falta a mi relación matrimonial, además de plata?
-La plata no resuelve nada. Al contrario, podría empeorar las cosas si no agregan el ingrediente que siempre falta a los matrimonios en quiera moral, sentimental y financiera.
-No soy consejera matrimonial. Pero mi experiencia de vida me enseñó a identificar ese algo, que hoy lamento no haberlo podido medir cuando estábamos a tiempo.
Ese ingrediente no tiene que ver con más dinero o lujos. Tampoco con trabajar más horas. Ni siquiera con el amor. Ya sabes, el amor romántico, de recién casados se esfuma. Este gran detalle que recupera matrimonios y billeteras se llama: Conexión. Sin esto, todo lo demás, serán esfuerzos en vano.
La conexión en un matrimonio es una fuerza muy poderosa que logra hacer de las rutinas hermosas. Que la da vida a la monotonía. Es el motor que los hace vencer obstáculos. En la salud y en la enfermedad, En la bonanza y en las quiebras. Es un hilo mágico que los hace estar unidos por encima de todo y de todos.
-Trabaja en eso Marcela. La conexión podrá no solo recuperar tu matrimonio, sino la billetera de ambos. Una quiebra financiera, el desastre de la deuda. Eso no es nada comparado con rescatar tu matrimonio, asintió Hannah con su vos entrecortada mientras una lagrimita que pendía de su mejilla.
En el Capítulo 3 Andrés tomó una de las peores decisiones de su vida. Espéralo la otra semana.
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