«Era un chico encantador, servicial. Muy especial conmigo. Para mí sigue siendo devastador. Es día… yo lo presentía. Mi corazón se sentía agobiado cuando vi la tristeza que cargaba. Le dije: mi amor, no estés triste, pronto nos levantaremos de nuevo y saldremos de esta. Pero en su mirada, pude ver la desolación. Subí  a mi habitación y me arrodillé a orar. Yo estaba desesperada por su reacción. A los 20 minutos bajé y encontré la peor escena de mi vida», me compartió la madre de este joven, con el único propósito de ayudar a otros padres de familia en este tema.

Lamentablemente, no es la primera vez que una familia me cuenta cómo perdieron a sus hijos cuando su nivel de vida se vio afectada por diferentes circunstancias.

«Muchas veces como familias creemos que las deudas son parte de nuestra vida. Y las asumimos como algo normal. Y comenzamos a vivir una vida totalmente irreal sin pensar el impacto que ese estilo de vida, ilusorio, podría traer a nuestros hijos. No creo que exista ningún padre en el mundo, en su sano juicio, que desee darles una mala vida. Pero, ese deseo desesperado por darles lo que nunca tuvimos puede destruirlos tanto, que cuando la fantasía desparece, también se lleva el alma de nuestros hijos», afirmó otro padre de familia que perdió a su hijo de 21 años, después de caer en banca rota.

Edades peligrosas

«Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es uno de los factores más importantes de morbilidad en jóvenes: ocupa la segunda causa de muerte en el mundo. La expectativa de vida en esta población se ha visto disminuida por este aspecto. Se está viendo como catastrófico  y se cree que las dificultades de afrontamiento y resolución de problemas son algunos de los factores más relevantes. Por ello, de acuerdo con los estudios que se hacen en la actualidad, en su mayoría es considerado un problema de salud pública y dicen que es prevenible si se interviene de manera oportuna y a tiempo con estrategias multi sectoriales e integrales. La ideación suicida y el intento son más frecuentes en la población femenina y el suicidio consumado en la masculina», dice un estudio sobre el tema, cuyo link les comparto Estudio sobre el suicidio en jóvenes

Cuando hay problemas financieros en la familia existen edades  más susceptibles a la afectación. De los 13 a los 21 años, aproximadamente. Pues es en este momento cuando el impacto social de no tener dinero es más importante que cuando son niños o independientes, económicamente.

«Mal acostumbramos a nuestro hijo a todo tipo de lujos. A los 21 años ya manejaba un BMW. Tenía moto y frecuentemente iba con sus amigos a nuestra casa en la playa y en avioneta. Siempre estaba rodeado de «amigos», quienes disfrutaban de su estilo de vida y quienes también tenían posibilidades similares. Pero, por una mala cabeza, perdí mi empresa, más la inmensidad de deudas, hizo que nuestro estilo de vida se viniera abajo en cuestión de meses. Pasé de tener  chofer a manejar bicicleta para ir al trabajo, asunto que mi hijo no pudo asimilar», comentó este padre de familia, quien también nos compartió su tristeza con el fin de ayudar a otros.

 

¿Qué hubiesen hecho diferente?

 

Cuando les pregunté a las tres familias sobre qué hubiesen hecho diferente para evitar el dolor. Los tres llegaron a las siguientes conclusiones:

  1. Le hubiese enseñado el verdadero valor de la vida y que la valía nuestra no está en si tengo esto o lo otro o si pertenezco o no a este grupo social, sino en lo que  valgo como persona, independientemente, si tengo o no dinero.
  2. Nunca me hubiese endeudado para sostener un nivel de vida ficticio. Porque eso empeoró las cosas, había dinero de sobra, pero no generado por el negocio, sino con pura deuda.
  3. No le hubiera dado tantos lujos.
  4. Les hubiese enseñado que las cosas materiales no valen nada. Son solo cosas que vienen y van, que hay otras mucho más importantes como la salud y el amor.
  5. Le hubiese enseñado a ganarse las cosas. Inclusive, a trabajar desde pequeños, aunque fuese en trabajitos de la casa, para que aprendiera a que las cosas no caen del cielo.
  6. No les hubiésemos dado todo en plato y bandeja. Sin ningún esfuerzo.
  7. Era mejor dejarlo pasar necesidad desde pequeño.
  8. Tal vez, le habría enseñado sobre la administración financiera. Y hubiese sido capaz de asimilar mejor la debacle.
  9. Le hubiese dedicado más tiempo en apreciar las cosas y los momentos simples de la vida.

¿Qué hacer ahora?

Para estas familias los «hubiese» ya no existen. Pero para los que están leyendo este artículo y aún disfrutan de sus hijos, hay esperanza.

Aunque no me gusta tocar temas tan fuertes en mi blog, esta semana recibí un correo de una madre de  desesperada, pues hace unos años, ella y su esposo, se quedaron sin empleo. Así que montaron un negocio, con deuda, y durante los primeros dos años, el emprendimiento fue muy exitoso. Hasta que llegó la competencia.

A partir de ahí tuvieron que adquirir deuda sobre deuda para mantener la empresa y su estilo de vida. Al día de hoy tienen más de 10 préstamos  que superan los  US$50 mil y una adolescente al borde de la depresión. Lo que esta mamá me compartió me hizo recordar las historias similares  y no pude quedarme de brazos cruzados sin, al menos, aportar alguna luz, en este escabroso tema.

No soy psicóloga y no pretendo serlo y perdón a los profesionales en esta materia que me meta un poquito en este campo, con el respeto que todos ustedes se merecen. Y preferiría  que si su familia está atravesando una situación similar corra donde un especialista en la materia, pues mi expertis se queda muy corto en este campo.

  1. Hable, hable y hable con sus hijos. Explíqueles, inclusive, con números, la situación por la que están atravesando.
  2. Pídales perdón. Eso les ayudará a entender que efectivamente, cometieron un error al darles una vida que no estaba dentro de sus posibilidades financieras. Y díganles que aunque no tuvieron una mala intención con ese estilo de vida, sí cometieron un error.
  3. Demuéstrele y asegúrenle  su amor por ellos. Al fin y al cabo, bien o mal, el amor nunca deberá estar en cuestionamiento.
  4. Cuando les hablen sobre la situación, no  la pinten como una tragedia. Y es que en realidad no lo es. El dinero se recupera y la vida continúa. Recuerden que por su inmadurez, ellos tenderán a agravar aún más cosas en sus cabecitas.
  5. Así que modifiquen sus paradigmas mentales, pero con inteligencia. Es decir, pídanles ayuda. «Amor: estamos atravesando por este nuevo reto. Ya no vamos ir a tales o cuales lugares, ni andar en este o aquel auto. Pero queremos que nos ayudes a idear estrategias para salir de esta lo más pronto». Un diálogo de este estilo los empodera, les da confianza y los hacen sentir parte de la solución. Y les permite enfrentar el asunto desde  una óptica menos trágica.
  6. Cuidado con las luchas entre esposos. Ellos serán capaces de enfrentar mejor cualquier situación si ven a sus papás como un equipo que trabaja unido y no en un rin.
  7. Si es mayor de edad, invítelo a trabajar con usted o a que busque un trabajo. Eso lo mantendrá ocupado.
  8. Cuéntele historias de gurús empresariales que cayeron en banca rota y la forma en que se levantaron.
  9. Busque cómo recompensarles el sacrificio. Es decir, como adultos somos capaces de comer solo agua y pan por meses con tal de salir adelante. Pero para ellos el cambio es muy fuerte. Así que mientras está vendiendo sus activos aparte alguito, aunque sea ínfimo, para recompensar el sacrificio de su hijo con algún detalle que le traiga esperanza.
  10. Promueva que el resto de la familia esté pendiente de ellos. No con el tono de lástima o preocupación sino de valía. Es decir, que sientan que cuentan con un núcleo familiar que los ama tengan o no celular.
  11. Y mi última gran recomendación, para mi la respuesta siempre está y estará en la figura de Jesús. Es ahí a Sus pies donde encontramos la solución para limpiar más de US$350 mil en deudas en 24 meses. Todos los principios financieros correctos se encuentran a Sus Pies.

Por favor, se que hay muchas familias que esta época perdieron si nivel de vida y vendrán muchas más en los próximos años, así que te pido compartir este artículo con tu círculo de influencia y entre todos combatamos la esclavitud financiera.

Te espero todos los martes a las 6:00 pm en mi programa: Consultas con la Dra.Finanzas, por mi canal de you tube.

 

Y Recuerda: Organízate y Sé Libre

 

 

 

 

 

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