Cuando Dalia me contó que recién acaban de comprar un «solar» (espacio de terreno) en Nicaragua para heredar a sus hijos y que en Costa Rica ya tenía casa y dos autos propios, uno para el uso de la familia y otro  trabajando en Uber.  Y todo  esto sin   cuentas bancarias, ni deudas, realmente, me sorprendí. Pues esta mujer de 35 años es empleada doméstica y muy respetada en el vecindario por su arduo trabajo y honradez.

«¿Cómo le hiciste?, tenés más activos propios (sin deuda) que cualquiera de los dueños de las casas que limpias. Quiero saber tus hábitos financieros. Quiero aprender de tu método para convertir tu salario de servidora  en un verdadero patrimonio», le comenté.

8 Acciones para Vivir Mejor que su Lavador de Carros

Ella estuvo de acuerdo en compartirme sus secretos. Pero lo que más me encantó fue la sencillez y la sabiduría de su explicación.

Para que se den una idea, en Costa Rica, los ingresos anuales de una servidora doméstica, basándome en las tablas del salario base del Ministerio de Trabajo,   no llegan a los US$4.000. ¿Cómo amasó esa fortuna?

La respuesta de Dalia fue la siguiente: «Miré doña Mónica, se trata de hábitos y buenas costumbres. Es decir, yo me planté como meta, cuando vine a trabajar a Costa Rica, hacer dinerito para dejarle un solar a  mis hijos. Bueno, primero para comer nosotros y luego el solar», dijo, sonriendo.

«Lo primero que hice es usar el salario de la mitad de las casas donde trabajo para ahorrar y la otra mitad para comer. Es decir, no tengo lujos. Pero si sueños. Otra cosa, a mi los bancos no me embarcan les tengo miedo. Así toda la plata la guardo en un escondite, jajaja». Su espontaneidad me encantó. Aunque claro, no les aconsejo que ustedes guarden el dinero en escondites.

10 Hábitos 

Hábito 1: Cambiar la mentalidad. Deja de pensar en gastar gastar y gastar. Primero ahorrar. Luego pagar cuentas y después gastar el dinero que sobra.

Hábito 2: Ahorrar. Pero de manera automática para no hacerte boicots con tus ahorros. Y ponerle nombre. Un objetivo. Ojalá de largo plazo. Como fue el caso del lote de Dalia.  Ser constante. No subestimar el ahorro pequeño. Porque de poquito en poquito se va llenando el tarrito. Lo suficiente como para tener hasta un año de tus ingresos guardados.

Hábito 3: Cada vez que vas a gastar algo debes hacerte la siguiente pregunta: Realmente lo necesito?, por qué no puedo esperarme?. Es de vida o muerto o eso me va a generar más dinero?. Y analiza si ese gasto está o no alineado a tu estilo de vida futuro. Además, ponte reglas. Por ejemplo, si el gastos es superior a los US25 entonces lo debo consultar. O si me gusta algo lo anoto en mi libreta de antojos y espero que pasen algunos días. O pido cotizaciones. Podés establecerte tus propias reglas.

Hábito 4: Como dice el libro: «El millonario de la Puerta de Al lado»,  ellos no malgastan su dinero. Al contrario, guardan más de lo que gastan. La mayor parte de la riqueza de los USA proviene del trabajo constante y la perseverancia. Intimidades de un millonario

Hábito 5: Monitorear el flujo de efectivo, diariamente. En lo que te enfocas se expande. Por eso hay que visitar, todos los días, el flujo de ingresos y gastos.

Hábito 6: Vivir sin deudas. Éstas son las que separan a la clase media de la rica. Pero la que verdaderamente es es rica, no tienen deuda. Así lo dicen varias investigaciones relacionadas con los hábitos de los millonarios. La deuda limita la creatividad y el crecimiento.

Hábito 7: Usar, únicamente, tartejas de débito. De esta forma, tendrás control absoluto de tus ingresos.

Hábito 8: Generar fuentes de ingresos pasivos. Y asegurarte que esos ingresos pasivos se ahorren y luego se conviertan en inversiones.

Hábito 9: Tener diversos ingresos o fuentes de ahorro para darle de comer a tu yo viejito. No esperar al sistema de pensiones gubernamental.

Hábito 10: Tener un asesor financiero. Pero no cualquiera, el que elijas debe ir adelante tuyo en todos estos hábitos. Debe ser toda una autoridad en el manejo de todo lo anterior. Ahora, si no puedes pagar alguno, entoces, busca un amigo o un familiar que sepas que vive cumpliendo los puntos descritos. Y le sumaría otro requisito: que tenga un matrimonio estable de más de 20 años de casados. Quien sostiene un matrimonio por todos esos años, sostiene y lidera lo que sea. Esa será una persona de fiar.

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