Con gran pompa y su sombrero de ala ancha, se hizo notar. Al son de sus tacones, se meneaba de un lado a otro, su paso ligero y sonoro despertaban risa y curiosidad. Su vestuario, al mejor estilo de Lady Gaga, atraía las miradas de todo el centro comercial. Era imposible no verla. Esa mezcla de lujo, ropas de diseñador y polada, era digna de fotografiarse.
Carmela y su nuevo millonario esposo, hacían alarde de sus viajes alrededor del mundo; presumían los autos de las mejores marcas y para no quedarse cortos en su excentricidad, tenían su propio Uber helicóptero para viajar de San José a Guanacaste y sin presas.
Este par de figuras heredaron miles de hectáreas en la zona costera de Costa Rica. Con la gran suerte de que, inmediatamente, vendieron el terreno a una lujosa y mundialmente reconocida cadena de hoteles. Así, de la noche a la mañana, el antiguo gerente de una transnacional, pasó a ser el “gurú” de los bienes raíces.
Luego de unos cuantos tutoriales sobre cómo vestir para las actividades de la supuesta “high class”  y otras clases de protocolo y etiqueta, lograron mezclarse con la crema y nata de la “acaudalada” sociedad costarricense.
A mis folklóricos amigos los identifiqué con el síndrome del “Beverly Rico” y así  de ridículos y graciosos como los originales.
Para los mis lectores más jóvenes, los Beverly Ricos, fue una serie de televisada de 1960 a 1971. Una familia de granjeros encuentra pozos petroleros en su finca y se mudan a Beverly Hills. Si bien tenían gran capacidad de compra sus costumbres pueblerinas se mantuvieron haciéndolos ver graciosos y ridículos al mismo tiempo.
Volviendo a mi historia, estos nuevos millonarios llegaron a mi oficina suplicando por una asesoría, pues su roce con la “alta sociedad” y el aparentar les abrió las puertas a la peste del endeudamiento. Aquí comenzó el cuento de nunca acabar.
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Gran capacidad de endeudamiento
Habían amasado una fortuna, rápidamente. Pero como Dios no bendice las riquezas fáciles; su gran “bendición” se convirtió en la peor de las pesadillas. Sus deudas superaban las cifras de mi calculadora y para colmo de males, el dinero estaba en la basura; quedó en cada rincón del mundo; en cada hotel y en cada restaurante lujoso.
El dinero había migrado a las cuentas de los verdaderos acaudalados en forma de autos de lujo; vacaciones; tiliches; cirugías plásticas, muebles; adornos y joyas imposibles de vender, al menos, en suelo tico.
Ahora, ahogados en deudas y en las enaguas de Gucci; carteras Chanel y en algunos artículos de viaje marca Louis Vuitton; su patrimonio se desvanecía, llevándose sus sueños de grandeza y  amigos.
Y es que como dijo alguien por ahí: “Lujos vemos, deudas no sabemos”. Lastimosamente, en nuestros países existe una gran capacidad de endeudamiento, haciéndonos creer que somos dueños del mundo.
Me atrevería a  decir que el 70% de los nuevos millonarios latinoamericanos no lo son en realidad, sino que tienen acceso a muuucha deuda. El gran problema es que si bien sus salarios o empresas les abren las puertas de los bancos, la mayoría de ellos no tienen un patrimonio sólido.
11 Síntomas de un Rico Pobretón
Test para indentificar el “Síndrome del Beverly Rico”
Solo contesta si o no.
1) Ganás más de US$10 mil mensuales, pero debes tu autos.
2) Vivís en un condominio con rancho, gimnasio, piscina y canchas de tenis como para jugar con Leonardo Mayer. Pero no sabés explicar cómo funciona un puesto de bolsa.
3) Tus hijos están un colegio con sistema gringo, pero tenés una hipoteca por tu vivienda a 30 años.
4) Tenés un negocio propio, pero cuando comenzó a generar buenos ingresitos, lo primero que hiciste fue cambiar tu carro por alguno de las siguientes marcas: Audi, Mercedenz Benz,  BMW ó Mini Cooper .
5) Una vez que tu negocio comenzó a prosperar, y antes de que cumpliera su primera década, tu esposa va de compras a Miami cada año y han hecho, al menos, un viaje por Europa, todos juntos.
6) Tu esposa, tiene entrenador personal, se ha hecho un par de cirujías plásticas, pero NO cuenta con un fondo de jubilación sólido, que le permita vivir una vejez con el mismo estilo de vida.
7) Sos miembro de algún club social. Pero NO tenés un fondo de emergencia que te permita sobrevivir un año, sin trabajar.
8) Tus hijos nunca se han montado en un transporte público, pero no les tenés un fondo universitario que genere réditos año con año.
9) Tenés, mínimo, 5 tarjetas de crédito. Y te crees un súper estratega financiero porque las pagás al contado.
10) Haz pensado, seriamente, en invertir en algún viaje de turismo espacial para saber cómo sueña el sol, o refugiarte en marte por un cataclismo. Pero no dedicás más de una hora al mes a planear tu futuro financiero.
11) Todos los fines de semana comés en resturantes de lujo, pero tu negocio no tiene, guardado, ni un año de capital de trabajo para sobre llevar cualquier emergencia.
12) Te gusta presumir de tu prosperidad, pero no tenés un BUEN seguro de vida.

Resultado: Si contestaste afirmativamente, al menos, 5 de las anteriores, tenés el “Síndrome del Beverly Rico”. Haz caído presa del endeudamiento y de vivir una vida para que tu billetera no está preparada.
Y aún cuando tus ingresos son buenos, son los bancos y las tarjetas quienes se están llevando la mejor parte. No estás construyendo un patrimonio sólido, real y duradero que te permita darte todos esos  lujos y mayores, pero de manera inteligente.
Pero tranquilo mi querido lector, yo puedo llevarte de la mano, a través de mi blog, mi Podcast: Consejos Prácticos para tu Bolsillo; mis lecciones de finanzas personales o mis mentorías personalizadas, a construir una verdadera fortuna y a dejar callados a los bancos y a tus amigos envidiosos. Eso sí  con mucho trabajo, metodología e inteligencia financiera.

Y Recuerda Organízate y Sé Libre

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